Fray en Hamburgo

Mi año de prácticas Erasmus en Alemania... y lo que se tercie!


Una semana sin escribir, y de nuevo mucho que contar, así que intentaré evitar en la medida de lo posible volver a escribir un post mastodóntico y difícil de digerir. Resumiendo mucho, Marek y Ula, amigos polacos de mi erasmus en Finlandia, me hicieron una visita durante este fin de semana.


La verdad es que he hecho con ellos el conocido como "crimen perfecto" en Hamburgo, consistente en intenso turisteo por la ciudad, fiesta en residencia el viernes noche, y el sábado salir por Reeperbahn. Como estamos en fechas pre-navideñas, como de todos es sabido, todas estas actividades se acompañaron con múltiples visitas a los mercadillos de navidad que pueden encontrarse en Hamburgo. Lo de encontrarse en este caso es literal, porque aquí hay mercadillos de navidad hasta en los rincones más escondidos. Glühwein, Feuerzangenbowle, y mis queridas Bratwürste o Currywürste hicieron durante estos días las delicias de nuestros paladares en estos mercadillos, que por cierto, nada tienen que ver con los que montamos en España. Quizá lo haya comentado ya alguna vez. Muy bien montado. Aproveché para comprar cosas para el árbol de Navidad, a pesar de los precios que tienen aquí los adornos, que se ha idon disparando escandalosamente durante estas semanas.



Punto importante del fin de semana: la fiesta en mi residencia del viernes por la noche. Esta era la fiesta que se había organizado para hace un mes, pero que se había tristemente pospuesto para este pasado viernes porque los organizadores habían contraido, con pasmosa simultaneidad, la gripe A. La espera mereció la pena, porque para mi gusto fue una de las mejores del semestre hasta ahora. Aparte de las distintas locuras que allí ocurrieron y que no voy a contar aquí, hicimos predrinking en mi casa con una botella de Żubrówka, una botella de licor polaco que, tomado con zumo de manzana, es difícilmente superable. Recuerdos de los días de predrinking en Lappeenranta, donde tanto lo tomamos. Nos acompañó en estos días Nils, al que prácticamente no había visto hasta ahora a pesar de que vivimos en la misma ciudad; siempre que intentamos coincidir, la noche nos acaba llevando por caminos distintos.


Muy al gusto de Marek, hicimos una larga caminata el domingo por la mañana desde mi residencia hasta el centro de la ciudad, por la orilla del lago Alster, y en el primer día soleado que ha habido en todo el mes de diciembre. Soleado, pero bastante fresco: unos cuatro grados de media teníamos ayer domingo. Siempre merece la pena, porque hay unas increibles vistas de Hamburgo.



En general, un fin de semana bastante completo y de los mejores desde que llegué, en el que he pasado muy inolvidables momentos con viejos y nuevos amigos erasmus. Ha sido una buena forma de terminar mi penúltima semana en Hamburgo antes de volver a casa por Navidad. Y ahora, cae la nieve sobre Hamburgo: no mucha, pero lo suficiente para que quede un poco blanco. Espero que caiga otra nevada grande antes de que me vaya. Las ciudades ganan mucho estando nevadas, incluso Madrid, aunque quede sumida en el más absoluto de los caos. La crónica de esta semana de despedidas, en este blog y en pocos días.














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