O de vuelta en España, por Navidades. Fin de mis primeros dos meses y medio en Hamburgo, que han pasado volando, sobre todo Noviembre y Diciembre. Dejo detrás un Hamburgo nevado, con nueve grados bajo cero y sin rastro del Sol por ningún lado.
Sábado y Domingo han sido de despedidas, primero de mis compañeros de piso, a los que no creo que vuelva a ver, aunque por lo visto Ernesto se queda en Hamburgo un mes más de ilegal, así que quizá le vuelva a ver. Rishab marcha y, a Dios gracias, el ruso también. Ya no lo aguantaba más, no soporto a los cerdos y a los salvajes por domesticar. El sábado consistió en acercarme al centro a comerme una última Bratwurst antes de que acabara el año, comprar unos últimos recuerdos en el Weihnachtsmarkt de la Rathaus, e intentar dar un paseo por el centro. Digo intentar, porque todas las calles del centro las habían hecho peatonales, y estaban atestadas por millones alemanes. Para terminar el día, me acerqué a la Europa Haus para despedirme de los que quedaban en Hamburgo, última charla antes de abandonar Hamburgo, y a dormir para coger el avión al día siguiente a las 11 de la mañana.
Agradable sorpresa hoy al encontrarme en el aeropuerto de Hamburgo a Diana, a la que le habían cancelado su vuelo con la KLM que hacía escala en París, y que había sido reubicada en vuelo de Lufthansa. Lástima que no acabáramos juntos sentados en el avión, uno en Antananarivo y otro en Tegucigalpa. Al llegar a España, comida especial con mis padres, y por la tarde quedada aún más especial con alguien al que llevaba echando mucho de menos desde hacía también mucho tiempo. Perfecto inicio de las vacaciones de Navidad. Quedan por delante quedadas con amigos y esperados reencuentros.
Mucho me temo que no volvereis a saber de mí hasta que vuelva a Hamburgo a principios de Enero, porque lo que haga estas Navidades por Madrid, a este blog no le concierne. Así que como dirían los alemanes,
FRÖLICHE WEIHNACHTEN
UND EIN GLÜCKLICHES GUTES NEUES JAHR