Fray en Hamburgo

Mi año de prácticas Erasmus en Alemania... y lo que se tercie!

No os asusteis por el título, simplemente lo utilizo como reclamo para que no cerreis  el blog nada más abrirlo. Transcurren los días en Hamburgo. Puedo decir ya por fin, después de más de un mes, que me he hecho a la ciudad y a sus gentes, así que me puedo autoproclamar amo y señor de la zona. 

La vida transcurre como venía haciéndolo hasta ahora, y tampoco hay novedades importantes más allá de las que he contado hasta este momento. Entre semana, trabajo y siempre alguna presentación a Nicole acerca de lo que voy haciendo. La verdad es que entre Nicole y Cristian, jefe de departamento, no se cortan en empezar a mandarme tareas para mantenerme ocupado. Tanto, que a veces estoy tan corto de tiempo que me veo obligado a sacrificar la hora de lacomida, como por ejemplo ha ocurrido hoy.  Aunque en realidad tengo unos horarios de comida tan locos que si me salto una comida a veces ni la echo en falta. Por lo que tiene menos que ver con el trabajo, también muy bien, mucha actividad y mucho salir, por lo menos viernes y sábado, y si no tengo mucha que hacer en el trabajo, como esta pasada semana, también algún jueves y miércoles. 

He de decir que de tanta tarea que tenía encima me llevo saltando la fiesta de la residencia unas semanas, pero Dios mediante mañana bajaré de nuevo. Bueno, miento, no me la he saltado, la mayoría de las veces que he querido bajar el bar no ha abierto por unas cosas o por otras. En la última ocasión, hace dos semanas, porque días antes parece ser que hubo una cruenta batalla en los billares del piso de arriba, alguien robó botellas de la barra, uno se quiso llevar una ventana y otro reventó la puerta del almacén a patadas. Y es que el vender cerveza a 1€ hace cierto el dicho ese de que "la cerveza es la prueba de que Dios nos ama y quiere que seamos felices", y que en ocasiones lleva a situaciones incontrolables. El caso es que recibimos todos un email en el que se nos decía que el siguiente miércoles el bar no abriría, y que, para nuestra información, había costado 1000€ reparar el local. A saber cómo acabaría, no hay testimonio fotográfico. Aunque nos lo quisieran cobrar, tocaríamos a 2€ por cabeza, por eso de que somos casi 500, así que alguna cabeza habrá hecho la cuenta de que "sale rentable destrozar el bar".

Y por lo demás, sigo yendo a mis clases de alemán, sobre las que tengo que hacer un post exclusivo porque son de libro. Gente extraña y de extrañas maneras los que allí van, y no me incluyo.

No me resisto a contar el lamentable sistema que tienen instaladas las residencias de estudiantes con respecto a internet. En las demás es parecido, pero en mi caso, sólo puedo descargar un total de tres gigas de datos al mes. Eso no quiere decir únicamente en descarga directa, que podría ser hasta cierto punto razonable, sino de descarga total de datos, con lo cual me pienso más de dos veces meterme en el youtube y sucedaneos. En el caso de que se sobrepase este límite de tres gigas, como me ocurrió a mí en Octubre, la velocidad de conexión baja desde 4 Mbps hasta unos tristes 50 kbps. Infernal y desesperante.

Y por último, se anuncian visitas varias para estos fines de semana venideros. Sin ir más lejos, Laura viene desde Stuttgart a hacerme una visita y a conocer el tan aclamado Fischmarkt de los sábados. Más adelante, en Diciembre, Ula y Marek, amigos polacos del año pasado en Finlandia, vienen a pasar un fin de semana, A ver en qué queda la cosa. 

Esta semana que ya ha empezado en principio no guarda grandes misterios o aventuras,  salvo que ayer mismo se ha inaugurado el Weinachsmarkt, que no es poca cosa. Espero poder ir en breves y así explicar lo que es, que tiene mucha fama. Pronto más y mejor.

1 comentarios:

erasmusstudentin dijo... 25 de noviembre de 2009, 14:14  

sísísí!! ya llegoooo!!! =)

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