Fray en Hamburgo

Mi año de prácticas Erasmus en Alemania... y lo que se tercie!

oct
18

Todo empezó el lunes pasado, con la sospechosa aparición de un cartelito colgando del pomo de mi puerta, con las letras FD. Creí que todo esto tendría que ver con que era el último del piso que había llegado, y pensé que era como un gesto de bienvenida. Nada más lejos.

En la cocina tenemos cuatro cubos de basura, cada uno para una cosa distinta: restos de comida, papel, y otros dos cubos que yo clasifico como "indefinidos", porque la gente tira ahí lo que le venga en gana según sople el viento. El caso es que la semana pasada, el tema de la basura funcionó perfectamente, porque los cubos nunca llegaban a llenarse, olía bien... en fin, que como tenemos un servicio de limpieza, todo lo atribuí a éste. Craso error. Llegó el jueves de esta semana, y veía que los cubos estaban casi al límite, y la cocina comenzaba a oler mal. Inocente yo, pensé "los de la limpieza están descuidando sus tareas".

Ese mismo jueves, entré en la cocina y encontré a Rishab, y aproveché para comentar que el servicio de limpieza había abandonado sus quehaceres, para dejarnos en la más antihigiénica de las inmundicias. A lo cual mi amigo indio respondió que "no, si es que esta semana la basura te toca bajarla a tí".

Fue entonces cuando advertí un cartel en la puerta de la cocina que decía Flurdienst, que no sé lo que significa, aparte de que si encuentras un papelito colgando del pomo de tu puerta con esta palabra, esa semana te toca velar por la habitabilidad del lugar. Así que bajé corriendo la basura para que no se dijeran cosas como "mira el español, que es un sucio y nos ha dejado la cocina hecha unos zorros". La semana que viene le toca al neozelandés (también apodado señor dame-crema-en-la-espalda), así que a ver cómo lo hace. Mejor que yo no es difícil.

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