Fray en Hamburgo

Mi año de prácticas Erasmus en Alemania... y lo que se tercie!

No quería retrasar más el momento de hablar de mi residencia en Hamburgo, bautizada como PAUL SUDECK HAUS. Como ya aventuraba en algún post anterior, este año la filosofía de convivencia iba a apuntar hacia compartir cocina y baños. Y así es. La residencia consiste en cuatro bloques, a los que se suman un pabellón de deportes, un gimnasio, salas de música, las típicas salas de lavado, y un bar bastante amplio común a la residencia, en el que hay fiesta todos los miércoles.


Cada bloque se divide en varios pisos, donde en cada uno de ellos vive la pipol compartiendo lo que he comentado antes: cocina y sala de estar, y baños. Mi habitación, más grande de lo que yo creía que iba a ser, y también bastante cómoda. Haciendo hueco pueden dormir varios, además del espacio de la sala común, que viene equipada con un oportuno sofá para alojar a visitas extra. Además, disponemos de una hermosa terraza, con sillas y todo, y una barbacoa. Así que no hay excusa para no venir.
 
En mi caso, mis compañeros de piso son para darles de comer aparte. Vivo con un indio, dos chinos (quizá sean tres, se parecen tanto que es posible que haya alguno más viviendo detrás de una de las puertas), un neozelandés, un alemán y un argentino. Cada uno con sus particularidades, que hacen del ático del bloque B de la PSH un crisol de mundos.

Para empezar, está el indio, muy simpático y de nombre Rishab, que habla como Rajesh de The Big Bang Theory, lo cual me lleva en ocasiones a disimular alguna risa, porque no le hace mucha gracia que le relacionen con él. No tiene inconveniente ninguno, salvo que acostumbra a soltar demoníacas carcajadas en plena noche mientras ve sus comedias de Bollywood online.

Por otro lado, tenemos al neozelandés, de nombre Jordan, que habla un inglés tan cerrado y tan neozelandés, que es absolutamente imposible mantener una conversación con él; además, sostiene que el alemán es una lengua inútil incluso en Alemania, porque, todo esto según su persona, con el inglés se llega a todos lados. También simpático, salvo por el inconveniente de los problemas de comunicación mencionados.

También tenemos a los simbiontes chinos, que bien podrían ser dos o tres. Apuesto a que son dos, pero no me la juego. Detalles de los chinos, son como el ying y el yang, uno exageradamente simpático, y otro más borde que la cajera del Día. El primero, eso sí, derrocha simpatía, pero que se ve desafortunadamente desmerecida por su macarrónico inglés, que hace complicado llevar una conversación fluida. Aún así, para echarse unas risas ocasionales están muy bien. Están todo el día cocinando pepino, wok, y toda suerte de comidas chinas altas en proteínas y minerales.

Luego está el "buen alemán" como yo le llamo, ni molesta ni da problemas, porque sencillamente es como si no existiera. Le he visto únicamente una vez, pero no conozco ni la tonalidad de su voz. Y por último, Ernesto, de origen argentino, estudiando derecho, como Rishab, y que es muy buena gente y un cachondo. Así que en general todo muy equilibrado.

Y por último, tengo objetivamente las mejores vistas sobre Hamburgo de toda la residencia;  ventajas de vivir en un último piso. Así que eso, todos aquí de visita. He dicho.





1 comentarios:

vaya vistas, co!! hacía tiempo q no entraba en tu blog... con eso de q hablamos bastante y me sé tu vida de memoria... :P

en fin, serafín... será cuestión de ir buscando un vuelo bueno, bonito y barato (sobretodo lo último) para ir a verteeeee

bessetssss

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