Fray en Hamburgo

Mi año de prácticas Erasmus en Alemania... y lo que se tercie!

Llamé el otro día a mi amiga Majo, sevillana desocupada de la vida, para que se viniera a mi jardín a tomar el sol en uno de los mejores días que ha visto Hamburgo este año. Así que me puse el bañador, se puso ella el bikini, y nos tumbamos en el césped de mi jardín. A unos metros, jugaban en unos columpios un grupo de niños alemanes que no contaban seis años.

Tomábamos el sol tranquilamente, cuando Majo me dio un golpe en el brazo y me dijo "por favor mira delante nuestro". Levanté la cabeza, y allí había una fila de ocho niños de pie, mirándonos y susurrándose cosas al oído. Daban bastante miedo. Después de un rato de silencio, una de las niñas, al ver que les mirábamos, nos preguntó "¿estáis enamorados?". Majo y yo no pudimos evitar el decir que sí, para darle un poco de gracia al asunto. Mala idea, porque a esta pregunta se sucedieron otras como "¿os dais besos?","¿os ducháis juntos?","¿os enamoráis también delante de vuestros padres?". La cosa fue degenerando en preguntas como "¿tenéis un caballo?". Como habían cogido confianza, muchos de ellos nos dijeron sus direcciones, y los más atrevidos sus números de teléfono. Algunos de ellos, más sensatos, cortaban a sus otros amigos cuando empezaban a recitar los números con un sonoro "shhh", intuyendo que podría ser peligroso. 

La mente de un niño alemán de seis años es maravillosa. Sin embargo, esto de acercarse a hacer preguntas inconvenientes no lo hacen cuando somos más de tres personas tomando el sol, así que simplemente nos juntamos varios y nos evitamos situaciones como esas. Qué peligrosos son los niños alemanes de hoy en día.

0 comentarios:

Publicar un comentario