Fray en Hamburgo

Mi año de prácticas Erasmus en Alemania... y lo que se tercie!

Las temperaturas extremas que estos días asolan Hamburgo tenían que traer consigo algo positivo.
Y así es, el lago Alster está completamente congelado. Así que ni corto ni perezoso, decidí usar mis horas extra que he hecho en el trabajo antes de Navidades para salir pronto, cuando aún había luz, y quedar con la pipol en el Alster. Como trabajo más allá del quinto jaral, me ha llevado un rato llegar hasta allá, fundamentalmente porque, por culpa de cierta persona que se hace llamar Ángel, me he bajado en la estación de metro equivocada, y me ha tocado caminar por encima del lago durante más de 30 minutos hasta llegar donde estaba el resto de la gente. En realidad toda esta desorganización la provoca el grupo de andaluces con los que me junto.

En lo que duró mi solitaria caminata por el Alster, aproveché para hacer algunas fotos, aunque en realidad ver un lago helado me sorprende más bien poco porque no me es novedad. Aún así, me sigue impresionando. Gente patinando por el lago, jugando a hockey sobre hielo, paseando, pero fundamentalmente cayéndose por todos lados. Suelo exageradamente resbaladizo. Y fíjate si es caprichoso y simpático el tiempo en Hamburgo, que hoy ha sido oficialmente el día más soleado desde que llegué. Cegador Sol el que brillaba hoy en el cielo.

Había que hacer tiempo hasta que empezaran mis clases de alemán, así que Majo, los Luises, Ángel, Álex, Celia y yo nos fuimos a tomar un café en el afán cafetero que estos días nos invade. Y lo que es más importante, luego nos acercamos Luis, Ángel y yo a Berliner Tor a pedir los detalles para apuntarnos al gimnasio de la Universidad. Que no os engañan vuestros ojos, porque habeis leido bien, me apuntaré muy probablemente al gimnasio. La dieta alemana está haciendo estragos en mi cuerpo, sea apuntarme al gimnasio el remedio a todos mis males. Curioso funcionamiento del gimnasio: nos han dado cita para dentro de unos días, cuando un "personal trainer" nos dirá, individualmente, qué es lo que queremos hacer, y elaborar un plan personalizado en consecuencia. Muy atentos estos alemanes, aunque la cita en principio dura dos horas, a ver en qué nos convierten.

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