Gran fin de semana este que ahora termina. Reencuentro con amigos alemanes de mi año en Finlandia, y a los que tenía muchas ganas de volver a ver. Hace unos días Annegret nos escribió a la comunidad alemana de Lappeenranta y a mí pra invitarnos a su cumpleaños. No me lo pensé demasiado, y a pesar del intolerablemente caro billete de tren, me fui hasta Essen el sábado por la mañana.
Después de tres horas de viaje, llegué por fin a Essen, donde ya me esperaba Annegret en el andén de la estación. Emotivo reencuentro, recuerdos de historias del año pasado, intercambio de novedades de amigos comunes, y esa clase de cosas que tanto me gustan y de las que no me olvido.
Al día siguiente, un poco mareados, nos comimos lo que sobró de la noche anterior mientras veíamos la televisión alemana, que, aunque pueda parecer imposible, es más lamentable que la española. Reality shows a todas horas y programas derivados del 50x15, aunque la parte buena es que se oye alemán. Hoy, a las tres de la tarde, ya estaba camino a la Hauptbahnhof de Essen para coger el tren que me llevaría a Hamburgo.
Inolvidable fin de semana este. Una pena que ni Tobias ni Nils pudieran ir, pues parece ser que estas semanas está de moda irse con la familia a esquiar a Austria. Lástima que no vayamos a vernos en los carnavales de Colonia, aunque ya hemos hecho planes para vernos pronto en Hamburgo, así que no me preocuparé por echarles de menos todavía. Gran finde.
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