Fray en Hamburgo

Mi año de prácticas Erasmus en Alemania... y lo que se tercie!

Gran fin de semana este que ahora termina. Reencuentro con amigos alemanes de mi año en Finlandia, y a los que tenía muchas ganas de volver a ver. Hace unos días Annegret nos escribió a la comunidad alemana de Lappeenranta y a mí pra invitarnos a su cumpleaños. No me lo pensé demasiado, y a pesar del intolerablemente caro billete de tren, me fui hasta Essen el sábado por la mañana.

Después de tres horas de viaje, llegué por fin a Essen, donde ya me esperaba Annegret en el andén de la estación. Emotivo reencuentro, recuerdos de historias del año pasado, intercambio de novedades de amigos comunes, y esa clase de cosas que tanto me gustan y de las que no me olvido.
Eran las cuatro de la tarde cuando llegué, así que hasta que llegara Sebastian a las seis, nos fuimos a dar una vuelta por Essen. Poco que ver, porque todo lo interesante que había se lo cargaron los ingleses cuando bombardearon la ciudad. Después de las compras, estuvimos haciendo tiempo en el Starbucks, en el que  además tuve tiempo para practicar mi alemán con Annegret. Llegado Sebastian a la estación y después de otro emotivo reencuentro, fuimos para casa de Annegret, a las afueras de Essen, en donde su hermana ya estaba preparando la barbacoa. Mucha comida, y sobre todo mucha bebida, fundamentalmente cerveza  Krombacher. 



En la fiesta era el único español, porque, por supuesto, el resto eran todos alemanes o alemanas. En esta clase de situaciones la gente siempre intenta enseñarte nuevas palabras o expresiones por eso de que eres extranjero. Sebastian me hizo el favor de apuntarme varias en un papel, todas ellas tacos o cosas sucias. Ya me las he aprendido todas. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la noche gracias a una ingente cantidad de comida que iba a parar sin pausa a la barbacoa, y varios drinking games en los que los alemanes son tan buenos, con juguetes de por medio para hacerlos más complicados. 

Al día siguiente, un poco mareados, nos comimos lo que sobró de la noche anterior mientras veíamos la televisión alemana, que, aunque pueda parecer imposible, es más lamentable que la española. Reality shows a todas horas y programas derivados del 50x15, aunque la parte buena es que se oye alemán. Hoy, a las tres de la tarde, ya estaba camino a la Hauptbahnhof de Essen para coger el tren que me llevaría a Hamburgo.
Inolvidable fin de semana este. Una pena que ni Tobias ni Nils pudieran ir, pues parece ser que estas semanas está de moda irse con la familia a esquiar a Austria. Lástima que no vayamos a vernos en los carnavales de Colonia, aunque ya hemos hecho planes para vernos pronto en Hamburgo, así que no me preocuparé por echarles de menos todavía. Gran finde.

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